Mezcla de factores



Albacete, domingo por la tarde justo después de las carreras, a eso de las 5 de la tarde aproximadamente.


Estábamos en la sala de prensa, revisando el material y los resultados de la prueba del CEV cuando, de pronto, oímos un "run, run, run..." justo en el pit. Nos miramos con cara de extrañados y nos asomamos por la ventana. Era la Suter de Laglisse, en concreto la de Carmelo Morales. Más cara aún de extrañados.


Bajamos y comprobamos que la moto va a salir a pista, tiene los calentadores puestos y conectados.


Justo al bajar la escalera nos encontramos con Jordi Torres, que miraba fíjamente y muy atento a la moto. Seguro que algo estaba a punto de suceder y no era cualquier cosa.


De pronto aparece un piloto desde el box, con una muleta, cojeando significativamente. Era Julián Simón. Estaba probando cómo se encontraba para montar en la moto después de la grave lesión que se produjo en la caída con Kenan Sofuoglu, en el GP de Cataluña. Sale a pista y empieza a rodar. No fueron muchas vueltas pero suficientes para que todos los que al principio teníamos cara de circunstancias cambiáramos la expresión por una de satisfacción. Pronto se empezaron a escuchar comentarios sobre los buenos tiempos que estaba marcando.


Estar presente en ese momento, apreciar el silencio absoluto, todos pendientes del piloto mientras se acerca a la moto, junto al que ahora es Campeón de la categoría en el CEV... Puede que pase desapercibido dentro de la historia del motociclismo, pero para mi fue la muestra palpable de la fuerza de voluntad, colaboración y respeto que existe en este mundillo, por eso me gusta tanto. 

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