CARTA ABIERTA AL MEJOR PADRE



Hola Padre

Hoy he querido hablar contigo de otra manera, con esta carta abierta.

Es el día del Padre, además de tu Santo, así que es un momento estupendo para hacerlo.

Mucha gente te conoce por tu faceta de artista, o artesano como a ti te gustaba que te llamaran. Lo que no muchos conocen es que eras motero y de los buenos, de aquellos que ayudaban a los que lo necesitaban y compartían lo que tenían, como lo hacías en otras facetas de la vida. Han sido tantas las personas a las que ayudaste... tantos los que acudieron a ti cuando había pocos recursos para que colaboraras con tu buen hacer mejorando los enseres de las cofradías... aunque poco, muy poco se haya reconocido tu esfuerzo y entrega por nuestra Semana Santa.

Pocos saben también que pertenecías al motoclub de aquí y que fuiste uno de los primeros en llevar una de aquellas Montesa Brío 125 cc tan bonitas que preferías a la que después fue tu montura, una Derbi de 250 cc. Con ellas ibas a visitar a mamá y participabas en las pruebas que organizábais.

Y pensar que nunca me dijiste nada hasta que llegó aquel día. Recuerdo que caminábamos por la Plaza de España, el Salón, y vimos la portada de una revista, Motociclismo para ser más exactos, en la que ponía “Alien”. Aparecía el morro de la Kawasaki ZZR 1100, por aquel entonces moto más rápida de las fabricadas en serie y sustituta de la ZX10 Tomcat. Te pedí que me la compraras y lo hiciste... no sabías el “monstruo” que estabas creando...

Después llegaron muchas más, a las que esperaba ansioso todos los martes para devorarlas. Motociclismo, Solo Moto, La Moto, Solo Moto 30...

Hasta que llegó el día en el que pude tener mi primera moto, gracias a tu ayuda. Aquella Aprilia que tantos problemillas nos dio, pero con la que me demostraste que tu paciencia era infinita y que depositabas toda tu confianza en mí, pues nunca recibí un no por respuesta cuando propuse tener una motocicleta.

También me apoyaste cuando quise aprender a hacer fotografías. Recuerdo nuestras salidas en Semana Santa con tu Praktica con el 50 mm y cuando compraste la Canon Eos 1000. ¡Cuánto hace de eso ya!, ¿verdad?...

Supiste darme la libertad suficiente para hacer lo que quisiera pero siempre con el consejo que venía de tu experiencia. Dejaste que desarrollara lo que me gustase pero ofreciéndome tu guía.

Muchas cosas han pasado últimamente. Sabes que intento hacer las cosas bien, como tú me enseñaste, ser honesto, sincero y lo más humilde que pueda, como tú eres, pero en ocasiones no me sale tan bien como a ti, como habrás comprobado estos últimos meses. Estoy seguro que de haber estado a mi lado hubieras sabido tener palabras llenas de calma y cordura, que me hubiesen permitido, al menos, conducir la vida de otra manera.

Ahora me doy cuenta de lo excepcional que eres, más aún de lo que ya pensaba. A veces te imagino sentado en casa, preparando trabajo para el día siguiente, con tus gafas a media altura, mirándome por encima de ellas y diciéndome “estás majara”...

Cómo desearía parecerme más a ti, tener más de tus virtudes, pero hombres como tú no aparecen todos los días. Eres el ejemplo que intento seguir en todo lo que hago, tu compromiso, tu forma desinteresada en la entrega, tu manera de luchar y las ganas de vivir a pesar de aquella maldita enfermedad. Hasta el último día fuiste mi mejor ejemplo.

Al igual que con las motos, nunca me dijiste lo que tú hiciste, pero nunca me dejaste solo, permitías que caminara pero dejándome claro que allí estabas para lo que necesitara y ahora te echo mucho de menos, ya lo sabes, te echamos mucho de menos.

Hoy me he permitido ponerme a tu lado, como si fuésemos a tomar la salida en una carrera, juntos, porque a pesar de que no te pueda ver sí es cierto que te sigo sintiendo cerca. Sé que sigues mis pasos, que ves mis aciertos y mis errores y que cuando nos volvamos a ver me dirás dónde me pasé de frenada y en qué sitio debí cambiar de marcha para tomar las curvas de forma más suave.

Espero que estés bien y que tengas muy claro que estoy muy orgulloso de ti y de formar parte de una familia tan estupenda. No lo cambiaría por nada. También espero que perdones mis errores, pero es muy difícil parecerse a ti.

Hace mucho que te fuiste, en octubre hará 9 años de tu ausencia, mucho tiempo; tiempo en el que han ocurrido muchas cosas.

Seguiremos hablando.

Besos

David

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