POR ALGO SON DE GÉNERO FEMENINO



Cuando encuentro un motivo importante, doy mil vueltas a la cabeza pensando en ello. Podría estar todo el día reflexionando sin llegar a ninguna conclusión concreta. No encuentras ni razones, ni soluciones, pero por lo que sea no puedes dejar de pensar en ello.

Somos diferentes, esa es la explicación a muchas cuestiones que aparentemente no tienen un razonamiento lógico. Nos empeñamos en controlar todo cuando algo, por definición, es incontrolable.

En nuestro mundo, el de la motocicleta, que considero también mío, porque así lo entendí desde muy joven cuando tuve mi primera 125 cc y al que posteriormente descubrí  que también perteneció mi padre, las cosas han sido como son durante muchos años, es decir, mundo de hombres. Pero abandonemos la idea del “es así porque sí” y empecemos a pensar que la vida ha cambiado, que los límites solo los ponemos nosotros mismos y que el error solo se produce cuando lo intentas. Es mejor vivir con el error sabiendo que lo intentaste a hacerlo resignado pensando qué hubiese sido si…



Así, de memoria, recuerdo a Katja Poegsen, que si no me equivoco fue la última mujer que participó en el mundial. Pero antes hubo una japonesa, si alguien se acuerda de su nombre que me busque en Facebook (dapmotard Photo) o Twitter y lo comente, ¿de acuerdo?

El caso es que me encanta ver que poco a poco entran en un mundo en el que deberían estar desde hace mucho tiempo. Me reconfortó mucho ver hace unos días una noticia en un periódico digital que hablaba de un grupo de mujeres moteras en Marruecos, que hacían sus salidas acompañadas, eso sí, por tres hombres; al menos es otro paso.

Este fin de semana veía por el paddock a María Herrera hacer diabluras con su bicicleta; hasta ahí bien. Pero después, en pista… ¡CÓMO VA LA MUCHACHA! Localizarla era fácil, primero con el pelo largo que se apreciaba bajo el casco, después por su dorsal. Ahí está la cuestión, ese es el factor importante, ese es el punto que quiero destacar. La primera forma de identificarla fue por su pelo largo, pero después no era más que otro piloto, uno más en pista, intentando hacerlo lo mejor posible. Y perdonadme, pero dejad que piense que muy probablemente lo haga con mucha más pasión, entrega y determinación que otros muchos.



Ella, junto a Sandra Jones, Elena Rosell, Ana Carrasco y seguro que me dejo alguna, van cimentando la presencia femenina en el motociclismo, haciendo que sea una de las pocas competiciones donde pueden medirse de tú a tú con los hombres. Y probablemente llegue el día en el que tengamos una Campeona del Mundo, porqué no.



Sin duda su presencia, el de la mujer, en la competición, en “nuestro mundo”, es una gran noticia. Son necesarias, muy necesarias, porque algo como vivir la moto, vivir la competición, debe ser cosa de todos, no de unos pocos. Que no se nos olvide, “motocicleta” es de género femenino.

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